Consejos

El etiquetado es para el usuario una garantía de mantenimiento, no los elimine.

Guarde sus comprobantes de compra, al menos durante dos años, en reserva de una reclamación por daños en el lavado, producidos por una mala calidad del material textil o el teñido.

Evite que sus alfombras, cortinas o edredones se conviertan en paraísos de ácaros. Aspirarlas no es suficiente. Encargue una limpieza profesional, al menos una vez al año.

No guarde la ropa sucia. El polvo, la lluvia ácida y los contaminantes del ambiente la maltratan.

Revise los bolsillos de las prendas, para comprobar que no llevan nada importante.

Si ha comprado un conjunto de dos o más piezas del mismo tejido, procure limpiarlos juntos para evitar la aparición de tonalidades distintas.

No espere que sus prendas tengan manchas visibles. Límpielas con más asiduidad, es cuestión de higiene.

Antes de hacer experimentos, consúltelo con su tintorería de confianza. Le evitará más de un disgusto y saldrá ganando.

Nunca lave manchas de huevo o sangre con agua caliente, las fijará.

No frote una mancha en tejidos naturales, se arriesga a comer el color.

Cuanto más tiempo permanece una mancha en una prenda, más difícil será eliminarla. Lo mejor es limpiarla antes de guardarla.